lunes, septiembre 17, 2007

Amor no es literatura si no se puede escribir en la piel

Cuando la noche ya era irreversible Ella se sentaba frente al monitor, única luz que velaba el cuarto, esperando que del otro lado alguien calmara su soledad. Las palabras corrían como cataratas ante Ella, la mayoría no tenían sentido, otras le dibujaban una tímida sonrisa en el rostro, hasta que, de la nada, una lucecita roja comenzaba a titilar. Ese era el llamado de la esperanza, quizás del otro lado hubiera alguien con ganas de hablar y, por sobre todo, de leer, de ser la oreja virtual que Ella necesitaba.
Él era un experto en el arte de conquista, había logrado tenerlas a todas las que alguna vez deseo. Pero los años habían pasado y ya no estaba para salir a la caza, soportando largas noches, alcohol y rechazos fugaces. Por eso, ahora probaba algo nuevo: conquistar por Chat. Si bien el medio le era desconocido, las tácticas eran las mismas y, a penas comenzó a chatear, notó que las presas eran mas sencillas de atrapar, porque a todas las acosaba la soledad y algún que otro desamor. No era difícil conquistar esos corazones hábitos de sueños.
Esa noche entre miles de nicks raros que poblaban la sala, cargada de vanidades y mentiras, Él, desde su altar, escogió al azar el nick de Ella. No era extraño que la respuesta nunca llegara, la mayoría de las damas, hartas del coqueteo barato, ya no respondían. Pero esa noche Ella decidió responder. Si bien la desesperanza y el hartazgo de verse ante hombres que solo pretendían una noche de placer ya la aquejaban, quiso volver a soñar y respondió el saludo.
El dialogo fue común, se conocieron levemente, pero algunos de sus rasgos hicieron que Él se diera cuenta que quizás la vida le estaba regalando una compañera para su juego. Ella, por su lado, noto en Él algo realmente atractivo, bajo la guardia y se dejo seducir.
Nació un romance, que solo el cyber espacio llegó a conocer, aprendieron a citarse, todos los días a la misma hora, manteniendo el anonimato, sabían todo el uno de otro pero nunca se habían visto, ambos conocían sus horarios, sus trabajos, sus recorridos. Era un juego de buscar sin encontrar, ambos sabían como llegar al otro pero no llegaban. Se sentían pero no se veían. Las noches de lluvia Ella caminaba de un lado de la avenida principal y Él lo hacia por la vereda contraria. Frecuentaban los mismos espectáculos, Ella siempre elegía las localidades de la parte superior del teatro y lo buscaba. Terminaron por tomar el mismo colectivo, Ella tomaba el recorrido de ida y Él el de vuelta, y se miraban a través de los cristales cuando los coches se cruzaban a las dos de la tarde en la esquina de la plaza.
Hasta que un día Él, el experto en seducción, no tuvo suficiente con palpar su sombra, con saberla, con leerla, quiso ser menos letras y más almohada, tuvo un mal momento y rompió las reglas, y le propuso la aventura, común, de un encuentro en un cuarto de hotel, con la excusa de que su amor se apagaba con la distancia, necesitaba sentirla, tocarla, hacerla más real.
Llegó temprano al hotel que habían elegido, abrió la puerta de la suit, se miró en el espejo, estaba seguro de sí. La espero largas horas sentado en la cama del cuarto, preguntándose dónde estará, pero ella no llegó nunca.
Algunos cuentan que se quedó atascada en un semáforo con la vista fija, viendo que el tiempo había pasado, que ya no era la misma mujer. Su edad, su vida no la dejaban seguir con está aventura, se sentía ridícula por creer. Ni el ensordecedor ruidos de los bocinazos lograron hacerla capaz de arrancar.
Se conocieron en una de esas sala de Chat, es muy probable que los veas deambular por la cuidad buscándose los ojos por las aceras….



Inspirado en “Mírame y no me toques” de Joan Manuel Serrat.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente relato, muy bueno.
Escribis muy bien... SABELO.

Saludos desde el otro lado del monitor

Anónimo dijo...

Acabo de escribir un comentario jugoso, sarcástico y lleno de verdad, pero se ve que la jungla internética impidió su publicación.
Decía más o menos que el relato es estupendo, pa mí de lo mejor, che... que queré que te diga...

Anónimo dijo...

Yomis, estás recrazy y me encanta. Si te agarro te parto en 4, dejate agarrarrrrrrrrr

Skorpio (Bahienses)

Iota dijo...

Malo...