sábado, marzo 17, 2007

En Septiembre (Opereta Cumbiera)


Una obra en homenaje a los que inspiraron mis sábados a la noche durante toda mi adolescencia. Sinceramente gracias…
Es una tarde soleada de Septiembre, Alcides esta mirando la novela de las cuatro de la tarde, llorando a moco tendido porque Marcos Manuel ha perdido la memoria y Ana Catalina no sabe como explicarle que el hijo que espera es de él. De repente suena el timbre, Alcides abre la puerta, es su ex Antonio que viene a pedirle que vuelva con él:...

Antonio:- Septiembre ha llegado otra vez y yo no sé que inventaré, se vuelve tu perfume en mi ser, la nostalgia del ayer y estoy preso en este invierno preguntando cómo y por qué… (1)
Alcides:- ¿Cómo te atreves a golpear mi puerta? Si la herida que dejaste en mi sigue abierta. (2)
Antonio:- ¡Regálame otra noche, te lo pido por favor! ¡Regáleme otra noche en nombre de este amor! (3)
Alcides:- ¿Cómo es eso que quieres de nuevo mi cariño? Si tú siempre me engañaste igual que a un niño... ¿Y ahora qué quieres? Que empecemos de nuevo, es imposible pues mi amor por ti se ha muerto…. Toma tus cartas, tus cosas y nunca te arrepientas, dame la mano, un beso y pega la vuelta. ¡Déjame feliz estoy, márchate que así es mejor! ¡Déjame feliz estoy, márchate que así es mejor! (2)
Antonio:- De todos los amores que tengo, tu eres la chica que más quiero… Por tu boquita de caramelo y tus ojitos color de cielo… Para mi, para mi todo tu amor lo quiero para mi, para ti, para ti todo mi amor lo tengo para ti… Dame tu boquita de caramelo, mi amor! (4)
Alcides:- No va más, no creo en tus sentimientos, yo fui amor de un momento, una aventura nomás, picaflor. No va más, tú me besas y me abrazas mas cuando sales de casa vas de mujer en mujer picaflor. Vives disfrazado de hombre bueno pero siempre amaneces en nido ajeno, pica pica pica pica picaflor pica pica pica pica picaflor…ya no creo más en tus palabras de amor porque me das solo dolor. (5)
Antonio: - Tan bonita pero muy celosa y yo tanto la quiero a mi chica mimosa. Me cela con todas, de cerca me marca, pregunta la hora que yo vuelvo a casa. Se enoja se aluna y ni me mira a la cara… (6)
Alcides: - Me toco enamorarme de ti, pero ya yo no quiero tu mentiras, el amor que me has dado a mi fue menos que tu hipocresía, mi vida. Creo que al fin te conozco bien, eres dueño, dueño de mis sentimientos y aunque mucho gozábamos tú causaste mi sufrimiento, lo siento. ¡Quédate aquí o vete de mi lado! Desvuélveme el amor que te di. ¡Dime que si o no me digas nada! Si estas enamorado de mi. ¡Vete de aquí de mi lado! Y que no sepan que he llorado por ti. ¡Dime que si o no me digas nada! Vete ya niño mimado de aquí… (7)
Antonio:- Cómo te lo digo que te necesito no encuentro palabras para convencerte que tengo en mi pecho un corazón que te ama. Si no estas conmigo yo te extraño tanto cada minutito pero me consuela saber que eres toda para mi solito. Estoy, estoy, estoy perdiendo la cabeza por ti, y voy, y voy, y voy a amarte toda la vida. Serás, serás, serás para mí la más querida. ¿Cómo no te voy a amar? ¿Cómo no te he de querer? Si solo es para ti mi corazón… (8)
(Alcides rompe en un llanto estruendoso, desconsolado…)
Antonio:- No me digas adiós, no me digas adiós, llorando porque voy a creer, porque voy a pensar que me sigues amando… y te voy a besar como antes y te vas entregar de nuevo. No me digas, no me digas adiós si vas a echarme de menos. (9)
Alcides:- Antonio es que… es que la gente puede empezar a hablar.
Antonio:- Nadie imagina que noche a noche yo soy tu amante, creen que somos amigos y es mejor así para los dos amor. Nadie sospecha que nos matamos de delirio y de placer en una habitación donde nadie nos ve. Vale la pena continuar seguir ocultando la verdad… miénteles! Miénteles a cualquier precio que no muera nuestro amor… (10)
Alcides:- Es que estoy enamorado de aquella mujer… Mira como se menea como le gusta caminar, suavecito como la marea su mirada te puede matar. Mira como va gozando, como suena su cascabel, su pasito me está envenenando y se pierde al anochecer. No la dejes ir, no la dejes ir! (11)
Antonio:- Por qué? (11)
Alcides:- Te lo digo yo… (11)
Antonio:- Quién es? (11)
Alcides:- Violeta y se lleva mi corazón… (11)
Antonio:- Yo no se quien pierde más aquí en esta despedida, mi camino es de subida pero el tuyo es hacia atrás. Se de alguien que te hablo y que te ofreció mil cosas, te dijo cosas hermosas… yo no te voy a detener, eso es un trato entre los dos, si yo no te hacia feliz dirás adiós, si yo no te hacia feliz dirás adiós. ¡Pero te vas a arrepentir! Cuando veas que no es nada su belleza comparada con lo que yo a ti te di… (12)
Alcides:- No me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón. Amar es un milagro y yo la ame como nunca jamás imagine. Quién va a arrancarme de su piel, de su recuerdo de su ayer, yo siento que la vida se me va y que el día de hoy no volverá… (13)
Antonio:- Tienes en la cadencia esencia de sensualidad y a los hombres los mueves con solo mirar, yo como todos creía en ti y en tus ojos me perdí. Luciérnaga, luciérnaga tu amor se enciende y se apaga sin cesar. Luciérnaga, luciérnaga vuelve otro día cuando aprendas a amar… (14)
Alcides:- Chiquilina, yo te quería. Chiquilina me dejaste ir, aquella noche yo te ame y te entregue mi corazón, aquella noche nos amamos tu y yo…. Al pasar el tiempo te olvidaste y te fuiste de mi lado pero igual yo te sigo amando. Fue como una ra fa ga tu amor! Me enamoro, después solito me dejo y se marcho… (15)
Antonio:- Yo quise darte todo, todo de mi vida saque de mis adentros lo que ahí decía. Mi obsesión inmensa por hacerte mía y una voz en mi pecho que no me mentía. Pero las cosas buenas siempre cuestan tanto, fue por demás luchar contra todo tu encanto, yo arriesgue contigo hasta la última gota, del llanto que hoy refleja mi triste derrota. Y ahora te vas, sabiendo que no pude lograr en tu alma motivar el amor que yo por ti sentía. ¿A quién le darás todo lo que no me diste a mí? ¿Quién llorar por ti como yo algún día? (16)
Alcides:- Tonta, ¿cómo quieres que te quiera si me tienes trabajando? Tonta, tonta. Por las noches ya no duermo en el trabajo voy pensando. Tonta… esta situación yo ya no la aguanto, yo ya no la aguanto pero esto me pasa tan solo por quererte tanto… (17)
Antonio:- Recuerdo hoy cuando decías que me querías y un día te dije adiós. Que tonto fui no me importaba que tu me amaras y lloro por ese amor. Lágrimas derramo por ti, lágrimas pues no estás aquí… lágrimas que hablan por mi, lágrimas que no tienen fin, vives en mi pensamiento es un tormento mi vida sin ti… (18)
Alcides:- Cuanto daño me ha hecho, todos mis sueños quebró. Cuanto daño me ha hecho, con mi cariño jugó. Cuanto daño me ha hecho, por otro amor me ha dejado y ahora vuelves llorando a implorar mi perdón. Ya no me importa su desconsuelo ¡Que llore, que llore era malvada! ¡Que sufra, que sufra esa malvada!... que pague el daño que me causó. (19)
Antonio:- Lucerito! Por qué perdiste tus raros encantos, en la sierra, allá a lo lejos se escucha tu llanto… (20)”

FRAGMENTOS DE:
(1) En Septiembre, Miguel “Conejito” Alejandro
(2) Pega la vuelta, Grupo Sombras
(3) Regálame otra noche, Grupo Sombras
(4) Boquita de caramelo, Grupo Sombras
(5) Picaflor, Lía Crucet
(6) Pero muy celosa, Miguel “Conejito” Alejandro
(7) Quédate aquí, Los Chacales
(8) Cómo te lo digo, Comanche
(9) No me digas adiós, Comanche
(10) Miéntele, Antonio Ríos “El Maestro”
(11) Violeta, Alcides
(12) Te vas a arrepentir, Nueva Luna
(13) No me arrepiento de este amor, Gilda
(14) Luciérnaga, Grupo Sombras
(15) Una ráfaga de amor, Ráfaga
(16) Y ahora te vas, Nueva Luna
(17) Tonta, Los Chacales
(18) Lagrimas derramo por ti, Alcides
(19) Esa Malvada, Los Chacales
(20) Lucerito, Grupo Sombra

jueves, marzo 15, 2007

El paro docente: ¿un mal para los niños o para los padres?

En virtud de la época del año en que nos encontramos debemos dar gracia a la Divinidad, en la que usted profese su fe, de que han comenzado las clases, razón por la cual los pequeños no se encuentran a nuestro alcance por varias horas en el día, lo que nos permite volver a ser seres completos y no rehenes de esas pequeñas fierecillas.
Claro está, y no crea que me olvide de usted que además de ser rehén de su hijo también lo es del docente que le vino a tocar en suerte a su retoño, no todos cuentan con la suerte de tener un docente que comience las clases en tiempo, digamos que esta es una minoría muy mínima ya que la raza “docente” trae, como un mal congénito, el hacer paro. He aquí el meollo de nuestro pequeño texto: ¿A quién daña que el docente no trabaje, al padre o al niño?
No existe daño en la educación del infante si no hay clases, es mi humilde opinión, paso a explicar: el pequeño proyecto de ser humano al contacto con los de su misma especie multiplica su maldad, por ello la falta de días de clases más que un problema es una ventaja. Compare usted los beneficios que apareja mantener al menor alejado de sus pares y con ello evitar que el delincuente en proceso de crecimiento, comparta sus andanzas con otros y las mejores o, lo que es peor, se asocie, dando lugar a pequeñas barras de malhechores dispuestos a asesinar si las ganas así se lo dicen; con un niño que conviva con humanóides de su edad por lo menos cuatro horas al día pertrechando los mas siniestros planes de destrucción masiva (porque a eso van a la escuela esos “sujetitos”).
Rechazada ya la hipótesis del daño a la instrucción al menor, solo queda destacar que el paro del docente le produce un mal, directo, a los padres. A las pruebas me remito, y daré para ello un ejemplo práctico: usted es una madre, con un matrimonio que no funciona, entonces decide mantener un pequeño idilio amoroso con ese hombre que la visita dos veces por semana con la excusa de proveerla a usted de soda. Un día decide concretar el encuentro amoroso con el Sr. sodero y concuerdan que el mejor momento es a las nueve de la mañana del martes, ya que usted esta sola en su hogar (el niño esta en el colegio) y el sodero a esa hora no tiene mas repartos (ya que el consumo de soda de sifón a decrecido, lamentablemente, en nuestro país desde hace ya un tiempo). Llegado al acuerdo de partes, se prepara usted para tal encuentro: se depila, se baña y cambia las sabanas la noche anterior (obviamente su marido no nota nada, hace años que no nota su presencia, digamos que desde hace por lo menos siete años, que fue la ultima vez que tomo contacto íntimo con usted a los fines de engendrar la siniestra criatura que hoy es su hijo). Con todo listo, y siendo martes a las siete de la mañana, su esposo rumbea para el trabajo, usted levanta al menor, lo viste, lo desayuna y se lo lleva a los tirones para el colegio (dejemos de lado que ha llegado más que temprano a la institución educativa y que usted a fin de concretar su plan se lo deja al portero, porque no quiere perder ni medio minuto). Vuelve rauda a su hogar, nerviosa pero a la vez llena de ansías, se pone el camisón que había dejado para estrenar en alguna situación especial, ordena el cuarto, lo perfuma y se perfuma, busca discos con música que incentive el acto venéreo y, faltando tan solo cinco minutos para las nueve de la mañana, suena el teléfono. Lo primero que se tiende a hacer es preguntarse infructuosamente quién puede ser, respuesta que solo se lograra si levanta usted el tuvo y hace la pregunta para que del otro lado su interlocutor se de a conocer. Salvando este escollo ridículo pero común en todo ser humano, usted atiende, pregunta quién es y una voz (hiriente, sarcástica y con manifiesta mala voluntad) contesta que es la Directora del colegio de nuestro hijo dándonos aviso de que su hijo no tiene maestra, ya que la misma se ha plegado por enésima vez al paro docente por aumento salariales y vacaciones gratis en Las Bahamas para todos. Además de informarle eso, hace insistente mención a que debe usted ir a buscar a su hijo más allá de que usted le haya implorado, de todos los modos posibles, que lo aguante por lo menos una hora más. La Directora se niega rotundamente (si bien para nosotras es verdaderamente un ser sin el mas nimio reflejo de bondad por no querer aguantar a nuestro engendrito una hora más, hay que comprender que la senil Directora aguanta miles de niños a diario y desde hace mucho porque antes de tener ese cargo debió ser maestra o, lo que es lo mismo, victima de los menores). Resignada usted cuelga el teléfono, camina hacia al cuarto a ponerse nuevamente su ropa y, repentinamente, tocan el timbre. Lo que en otra situación hubiera sido el llamado de lujuria desenfrenada, se ha convertido en el grito mismo de la desgracia… no queda otra que ir hacia la puerta y decirle a nuestro idilio con forma de vendedor de soda que no puede ser hoy porque tenemos que ir a buscar al nene al colegio ya que la maestra hizo paro. Nuestro galán lo entiende y nos lleva en el camión repartidor del líquido elemento a buscar al niño.
Frustración, angustia, desolación… son solo algunas de las palabras que me servirían para describir este desgarrador momento: ¿Acaso una madre argentina no tiene derecho a tirarse una cana al aire mientras a su hijo hacen que lo educan? ¡Obvio que si!
Por ello es que debemos combatir los paros docentes, no por la educación de nuestros hijos sino por el bien de nuestra salud psico-física. Necesitamos de vez en cuando sacarnos de encima a los infantes a fin de realizarnos en la vida. Además no creo que nadie haya obligado a los maestros a elegir esa profesión, no existió coacción a la hora de que eligiera lidiar con niños todos los días por varios meses al años, ergo es de los maestros la obligación de bancarlos cuatro horas al día durante los meses de clases, tiempo en que los padres deben realizar todas las tareas edificantes para sus vidas.
¡SEÑORES PADRES, DEFIENDAN SU DERECHO A TENER AMANTES Y DEMÁS SITUACIONES PROHIBIDAS EN HORARIOS DE CLASES! ¡NO A LOS PAROS DOCENTES!