viernes, junio 29, 2007

CHARLAS DE HONDO CONTENIDO FILOSÓFICO CON EL LICENCIADO COTONETE, Hoy: ¿Cómo hacer de un cuento infantil un best seller?

COTONETE: había una vez un conejito que se llamaba Pepito el Conejito

YOMISMAMENTE: aja

COTONETE: Pepito el Conejito vivía con su mamá y con su papá. Su papá era un conejito leñador.

YOMISMAMENTE: ¿y los hicieron escabeche?

COTONETE: no, vivieron felices en el bosque.

YOMISMAMENTE: ¿se les quemó la cueva y murieron calcinados vivos?

COTONETE: no, no!

COTONETE: felices, felicidad…

YOMISMAMENTE: ¿vino una horda de avispas carnívoras que le entraron por los ojos y los fagocitaron?

COTONETE: larga vida feliz.

YOMISMAMENTE: ¿vino el Bambino Veira e hizo una brochete de conejitos?

COTONETE: no tiene nada que ver. Ese violador de prototravestis no vive en el cálido mundo de Pepito el Conejito

YOMISMAMENTE: ¿se lo movió Pipo Pescador?

COTONETE: no que yo sepa

YOMISMAMENTE: entonces ese cuento no vende, en realidad para hacerlo actual Pepito el conejito debería empartuzarse con la madre, acto seguido llegar el padre, ver esa escena, sumarse y segundos más tarde darse cuenta de lo horrible de la situación y matarlos. Para terminar en un suicidio, con mucha sangre. Sería Pepito Dalmaso “El conejito de mamá”

COTONETE: eso es absurdo

YOMISMAMENTE: es más real que una familia de conejos cuyo padre es leñador…

COTONETE: La leyenda de Pepito el Conejito y sus candorosos Ancestros es hermosa en si misma

YOMISMAMENTE: la mía también

COTONETE: no, es espantosa

YOMISMAMENTE: no, es real

COTONETE: ¡claro que no!

YOMISMAMENTE: sino queremos reconocerlo…

COTONETE: ¡¡Aberración!!

YOMISMAMENTE: para nada. ¿O prefiere que papá conejo mate a mamá conejo con 5 balazos y la meta en la bañadera para decir que se cayó, se golpeo la cabeza y murió?

COTONETE: estas mezclando mundos

YOMISMAMENTE: no, no. Estoy siendo realista

COTONETE: ¡na! ¡Absurda! Pepito El Conejito es un mito de amor a la vida

YOMISMAMENTE: ok, última chance. ¡¡¡Irrechazable!!!

YOMISMAMENTE: Pepito “el conejito”, sufre alucinaciones persecutorias, razón por la cual es su cuarto guarda: M16, FAL, 38, 9mm, 22 y por de granadas de manos (todas con su respectivas balas y/o cartuchos). Un día se siente amenazado porque la madre, que había prometido hacerle la leche, no se la hace. Él siente que ella también está en su contra, entonces se atrinchera en su cuarto, por 5 horas, disparando a lo loco…

COTONETE: ¡Ay dios! Que grotesco...

YOMISMAMENTE: hiere al padre y a la madre le mete una granada en el orto y la hace explotar por el aire

COTONETE: su madre nunca le hacia leche. Su amada madre le daba de desayunar zanahorias con lechuga!!!

YOMISMAMENTE: gracias a Dios, llega el GEOF, derriba la puerta y le mete 4 rafagas de ametralladora a Pepito, cortándolo en 5 rodajas más o menos perfectas.

YOMISMAMENTE: ¡esa te gusto! No lo podes negar.

COTONETE: es absurdo, no tiene ni pies ni cabeza

YOMISMAMENTE: ¡Ah claro! Porque los casos mas resonados de nuestro país si lo tienen, no?

COTONETE: Pepito el Conejito no puede involucrarse en semejantes cosas

YOMISMAMENTE: ¿Qué, es tranza? Y no, no da que se exponga tanto…

COTONETE: es puro, inocente

YOMISMAMENTE: ¿Vende de la pura? ¡Aaaaaaaaah! ¡Pepito es peruano! Mira vos, no lo tenía así.

COTONETE: no, no. Es hermoso en su valentía y candidez

YOMISMAMENTE: pero en el fondo el quiere llamar Josefina, por eso en las noches, cuando sus padres descansan, él se maquilla, se calza las panty medias, la minifalda y los tacones y sueña con ser una vedette del Maipo…

COTONETE: ya estas delirando

YOMISMAMENTE: ¡Jamás podría! Solo trato de hacer vendible tu cuento, va a ser un best seller

COTONETE: no necesito a la industria editorial

YOMISMAMENTE: ¿y de q pensas vivir?

COTONETE: de mi trabajo como Licenciado

YOMISMAMENTE: ah ok, bueno igual lo de Pepito hay que cambiarlo, no va más lo del bosque si no tiene acción, sangre y sexo.

viernes, junio 22, 2007

Carta de una docente

Autoridades gubernamentales:

Mi nombre es María Emilia del Valle y Berlucea, soy una docente argentina que, ante los acontecimientos recién pasados, ha decidido tomar cartas en el asunto y ponerlos al tanto. Hace unas semanas que gracias a un tratamiento para los nervios de un facultativo del hospital público, me encuentro mejor, totalmente empastillada para ser sincera pero bueno… en general me siento bien, con ganas de hacer muchísimas cosas pero las dejo para después. Salvo el suceso de ayer, no he tenido contraindicaciones pero me parece que deben saberlo: ayer me encontraba esperando el colectivo de la línea 63, hecha la seña pertinente el sr. colectivero se rehusó a pararme. Razón por la cual salí a correrlo, 2 cuadras, y mientras los pateaba a los fines de darlo vuelta, me dije a mi misma: -Emilia no ganas nada haciendo esto, calmate, no lo des vuelta y denuncia lo que te pasó.


Por qué debo seguir este tratamiento psiquiátrico se preguntaran uds., bueno es ese el verdadero motivo de mi carta. Confío que deben estar al tanto de las condiciones edilicias de las escuelas, sino lo están les comunico que no tenemos gas y que se nos caen los techos encima.


Bien, ya informados de la realidad, pasare a detallarle, con lujo de detalles, lo que me ocurrió hace un mes. Estando yo en el baño del colegio, más que baño letrina porque tenemos un agujero en el piso al que accedemos agachándonos con sutileza y reparo para evitar que los desperdicios, propios y ajenos, den en la blancura de nuestro uniforme y no mancille con eso la pulcritud de nuestra profesión. En fin… estando yo en el baño escucho un bum! No soy de las que entran en pánico con facilidad, así que seguí con mi tarea que venía complicada de por sí. Segundos mas tarde escucho un buuuuuuuum! Quizás la preocupación ya golpeaba mi inconsciente pero imperturbable seguí. Sin aviso y de una vez, de un momento a otro, calló sobre mi todo el techo del establecimiento educativo. Realmente, fue una desgracia con suerte, porque sobre mi cayó un inodoro del segundo piso, perteneciente al baño de los alumnos, y a modo de casco me mantuvo lejos del peligro.


De pronto, comencé a escuchar unos gritos que me empezaron a inquietar. El alumno que se encontraba en mi casco, ex inodoro, se encontraba en el agujero del mismo a los gritos, pidiendo socorro. Esta desesperación del niño me saco de sí, le grite en un par de oportunidades para que mantuviese la calma. La verdad que su situación no era para semejante demostración de pánico, estaba con la mitad del cuerpo sumergida en el concreto y el resto de sí estaba en la superficie.


Fuimos todos socorridos, claro está, el edificio ya no puede ser utilizado por unos meses. Es por ellos que hemos sido reasignados, docente y alumnos, a otros establecimientos educativos. A mi, particularmente, se me envió a un colegio que queda, a no menos de, 12 Km. de mi hogar, obligándome a tomar 3 colectivos que jamás coordinan sus horarios y un tren. Para sumar desgracias a mi situación, los medicamentos que me recetaron me producen una horrible descompostura de estomago, y casi siempre esto me sucede en el horario en que me encuentro viajando en el tren. No debo yo decirles cuál es el estado de los trenes porque ya todos sabemos que su estado es dantesco. Entre sus males se encuentra la falta de baños. Bueno, tanto lo pasajeros como yo, ante una situación de premura intestinal no tenemos otra salida que correr raudamente hasta el último vagón, abrir la puerta (si es que este tiene), agacharnos, como explique más arriba, y dejar que nuestra descompostura se retire de nosotros libremente sobre las vías ferroviarias.


No termina aquí esta seguidilla de desgracias. Más allá de la poco razonable asignación de escuelas, he de recalcar que los alumnos no concurren a clases. Se encuentran en la puerta del colegio reclamando, pintando pancartas y con ellos están sus padres! Pero por favor!! De que se quejan?!! Si ellos supieran en donde estudiaba yo! En una escuela con piso de tierra, donde cada vez que cometíamos una falta se nos obligaba a arrodillarnos en maíz con vidrio molido, mientras escribíamos en el piso de tierra, con nuestro dedo índice en el suelo, mil veces, no debemos faltarles el respeto a las autoridades educativas.


Así está este país! Con padres ignorantes que alientan la ignorancia de sus hijos, manga de hijos de puta!! El sacrificio que hace una, el amor que pone para educar a esos pendejos de mierda se lo pasan por el medio de las pelotas! Estoy realmente indignada, mas allá de que mucho no siento por el tratamiento, sé que la indignación supera mi límite. Soy una docente argentina, orgullosa de vestir diariamente su uniforme y por esa razón es que no me voy de este puto país! Pero también se que la palabra de los docentes no son escuchadas, entonces pueden irse todos a la recalcadísima concha de su madre! Váyan uds. a enfriarse el culo a la escuela, a cagar en nuestras letrinas, a aguantar a esa manga de ignorantes hijo de ignorantes más grandes. Hijos de puta!!


María Emilia del Valle y Berlucea
Docente y argentina

jueves, junio 07, 2007

Mujer perfecta

De pequeñas soñamos con ser mujeres sexys, perfectas, deseables y la mayoría hemos tenido como modelo a seguir a una rubia, alta, de ojos celestes, con unos pechos prominentes, una cinturita diminuta y piernas larguisimas… si señores, todas hemos soñado con ser una Barbie.





Solo algunas pocos consiguen su objetivo, pero es en buen momento para contarles algo que lei por ahí:
*Todas las mujeres somos rehenes de la moda, y donde la vemos mayormente? En los maniquíes pero ¿Sabían ustedes que si los maniquíes de las tiendas fueran mujeres reales, serían demasiado delgadas para menstruar?
*¿Sabían que, que si Barbie fuera una mujer real, sus proporciones la obligarían a caminar a gatas, sus piernas no podrían sujetarla de pié.
*¿Sabían que las modelos de hace 20 años pesaban 8% menos que la mujer común y las de hoy en día pesan 23% menos?
*¿Sabían que las medidas de Barbie trasladadas a una persona serían 95-45-82?



Y bueno, a veces se me da por ser un poco negativa y pensar en lo peor, y es por eso que me imagino que a este paso la Barbie de los sueños de las niñas será esta:



Pero no nos amarguemos, no todo está perdido,



la tecnología nos ayuda a diario a las mujeres dándonos “salvavidas” para mejorar nuestra apariencia:



Pero bueno, para las que siguen queriendo ser una Barbie acá les dejo un link pa´ que la vean en plenitud: http://angelicdreamz.com/store/barbie_dc_comics.html






domingo, junio 03, 2007

¿Esperanza?

Hace unos días se cumplió un nuevo aniversario de la masacre de Avellaneda, donde dos jóvenes que trataban de cambiar el mundo fueron asesinados por la policía. Esto de que los jóvenes luchen por cambiar el mundo no es novedad, menos novedad es que en esa empresa pierdan sus vidas en manos de los que poseen el monopolio de la fuerza pública.

Este es un país raro ¿por qué raro? Fácil señores, a muchos jóvenes nos da oportunidades sin que provengamos de familias bien ubicadas en la escala social, sino que la mayoría de los que estudiamos en universidades nacionales somos hijos de familias de clase media, con padres laburantes, que trabajan desde que tienen uso de razón para mantenerse y mantener a los suyos. Esos padres nos enseñaron que sin lucha no se logra nada, por eso los que tenemos oportunidades intentamos luchar para conquistar los mismo que lograron ellos y más.

Pero además, en este país hay jóvenes que no llegan a la universidad, aunque también provienen de familias de laburantes, donde se les enseña que sin sacrificio no se obtiene nada, y también sueñan con un futuro mejor para ellos y los suyos. A veces creo que el pecado de estos jóvenes no es ser pobres como piensan muchos, sino que el pecado es salir a la calle y pelear por los demás.

Los que estudiamos intentamos tener una profesión que nos de de comer, que nos de equilibrio económico para nosotros y los nuestros. Este “nuestros” es chiquito, la mayoría piensa en su familia o en la que sueña formar, en cambio el “nuestros” de los luchadores sociales no tiene caras, no tiene nombres sólo tiene una realidad común que los moviliza porque la conocen de cerca, los lastimó de cerca siempre y no quiere que hiera a ninguno más.

Luchan, los matan pero, a diferencia de la muerte de un abogado, de un ingeniero, de un profesional cualquiera, a estos jóvenes no se los olvida, se los recuerda porque lo que hicieron va más allá.

Vengo de un pueblo que parió a los piquetes, dónde la gente cuando no está de acuerdo con lo que el gobernante de turno dicta sale a la calle y se manifiesta. Soy del pueblo que tiene varias víctimas en su haber, víctimas de la represión cuyo único crimen fue pelear por lo que les corresponde. Soy del pueblo donde los médicos, los maestros, los desocupados, los trabajadores todos no temen manifestarse a sabiendas que el señor con poder no duda jamás en sacar la fuerza a reprimirlos con sus armas reglamentarias, mientras que los manifestantes solo se defienden corriendo. Soy del pueblo de Teresa Rodríguez y de Carlos Fuentealba y me indigna saberlos muertos, muertos por pedir lo que es de ellos, muertos porque el poder es inflexible, que no dialoga sólo reprime. Hoy vota ese pueblo y es la primera vez en mi vida que tengo la secreta esperanza de que el feudo cambie de señor, que caiga el monopolio de poder de ese partido que se cree todopoderoso desde hace años, que jugaba con el hambre y la ignorancia de su pueblo para conseguir votos, que lo vendieron, que lo regalaron y hoy la dicen una provincia rica cuando la gente, en su mayoría inculta, vive de un Plan Trabajar por unas migajas que les da el gobierno. Pero creo que lo más triste de esta esperanza es saberla hija de la muerte de un trabajador, de un docente. ¿Era necesario que mataran a un hombre para que todo este sistema de opresión y enriquecimiento de unos pocos vea el fin? Es triste saber que los cambios siempre devienen de la sangre derramada de inocentes, pero es una realidad irrefutable. Somos un pueblo hijo del dolor, con miles de desaparecidos, donde los asesinos de esos hermanos hoy son viejitos que gozan de prisión domiciliaria y duermen todas las noches calentitos junto a sus familias; con chicos que se mueren de hambre y de ignorancia…

Agradezco que este país me deje estudiar y soñar con un futuro, pero preferiría tener mucho menos si supiera que somos más los que tenemos oportunidades.